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¿Qué son las lentes de contacto esclerales?

Descubre para qué se usan las lentes de contacto esclerales

Las lentillas o lentes de contacto esclerales están indicadas en casos especiales. Se diseñan y fabrican individualmente para adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario.  

Son lentes de contacto permeables, que dejan pasar mucho oxígeno a tu córnea, que en los últimos años se han popularizado mucho por la introducción de nuevos materiales y tecnologías para su fabricación.

¿Para quiénes se recomiendan las lentes esclerales?

Se recomiendan a pacientes con importantes irregularidades corneales; ectasias corneales (queratocono, DMP…), trasplante corneal, grandes asimetrías, fracasos en cirugía refractiva, distrofias, alteraciones morfológicas secundarias a infecciones corneales o traumatismos. También están indicadas para mejorar la sintomatología de ciertas enfermedades de la superficie corneal que cursan con sequedad ocular severa.

¿En qué se diferencian del resto de lentillas?

Se diseñan para que descansen en la esclera blanca, la esclerótica, que es la parte que forma y protege el globo ocular, reemplazando la superficie frontal irregular del ojo.

Además, son algo más grandes que las lentillas convencionales.

¿Cuáles son las ventajas de las lentes de contacto esclerales?

  • Córneas irregulares o sensibles: pueden ser una opción en aquellos casos donde no es posible adaptar otros tipos de lentes de contacto.
  • Protección: proporcionan una superficie regular que protege la córnea y tiene poco contacto con ella, así que son perfectas para algunas condiciones oculares.
  • Menor irritación: son perfectas para pacientes con ojo seco, ya que mantienen una gran capa de líquido lagrimal entre la lentilla y la córnea.
  • Comodidad: la experiencia de uso es muy positiva para los que las usan.
  • Mejor visión que las lentillas convencionales: incluso en casos de astigmatismos elevados, ojos con mucha deformidad o irregulares.
  • Ajuste: Es más difícil que se caigan al ser de mayor diámetro.
  • Higiene: no acumulan tanta suciedad o depósitos como ocurre con las lentes blandas. Su limpieza es mucho más sencilla.
  • Permeabilidad: permiten que entre más oxígeno.
  • Duración: pueden usarse a diario y, con un cuidado adecuado, pueden durar hasta 18 meses.

¿Quieres saber más? Acude a tu óptico-optometrista para que valore tu caso y te recomiende las lentes de contacto que mejor se adaptan a ti.

2018-12-17T17:02:03+00:00 diciembre 17th, 2018|Esclerales, lentillas|
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